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De la Erradicación del Trabajo Infantil a la propuesta de la protección y valoración del trabajo en la Constitución de Bolivia.

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Breve comentario.

La modificación casi a última hora del artículo 61 en la Constitución de la Republica de Bolivia constituye un hecho histórico importante en la lucha de los movimientos de nats de toda América Latina en la perspectiva de lo que en termino de legislación a sido una especie imposición y hasta colonialismo jurídico en la mayoría de constituciones, códigos y leyes orgánicas dirigidas a la infancia. Este hecho tal y como lo comenta Morsolin en

su articulo titulado “Bolivia: Nueva Carta Magna reconoce el trabajo infantil en condiciones dignas” nos muestra cual importante y fundamental es la movilización de los nats organizado y su incidencia en la elaboración de políticas dirigidas a la infancia y el marco jurídico para la aplicación de las mismas. Y es que no es poca cosa el darle la vuelta a la redacción del artículo en cuestión cuando en el texto original y por presión de organismos internacional se introdujo la frase “se prohíbe el trabajo infantil” y su modificación por la expresión: prohibición del trabajo forzado y la explotación infantil. Queda claro que no se trata sólo de un problema en la nomenclatura semántica de la sustitución de una frase por otra, sino que lo que se plantea de fondo tiene mucho que ver con la manera como se ve y se asume el tema de los niños trabajadores desde referentes culturales, históricos, económicos, incluso ideológicos diferentes. De allí la importancia que en el mismo texto se revindiques “las actividades que realicen los niños, niñas y adolescentes en el marco familiar y social las cuales están orientadas a su formación integral como ciudadanos y tendrán una función formativa”.

Evidentemente en el caso de lo que hoy sucede en América latina y particularmente en sur América no podemos desligar este acontecimiento a la correlación de fuerzas políticas y sociales la cual hoy es diferente al escenario que dominó en los años 80 y 90 precisamente año de arremetida neoliberal y de aplicación de las llamadas políticas abolicionistas bajo

la bandera de erradicación del trabajo infantil, que entre sus metas igualmente se propuso la estigmatización de las organizaciones de nats y de eso son testigos los movimientos de Bolivia, Perú, Colombia y Paraguay para mencionar algunos.

El proceso de movilización de los nats unido a un ambiente de dialogo, de apertura, de construcción social y colectiva del llamado proceso constituyente boliviano que aun con dificultades y obstáculos externos permitió que se pudieran plantear las diferentes miradas y visiones que existen sobre el tema de los nats y resultó un hecho fundamentalmente significativo el que los chicos pudieran compartir su visión con representantes de diferentes instancias gubernamentales y representantes ante la asamblea constituyente y según se

comenta hasta el aporte del propio presidente Evo Morales. Nos atreveríamos a decir que con toda seguridad estos representantes que hoy asumen la responsabilidad de gobernar por primera vez, se vieron ellos mismos reflejados en los rostros, en la condición del indio históricamente excluido, en los planteamientos y sobre todo en la dignidad que expresaron los chicos del movimiento de nats en Bolivia y de allí gran parte del resultado expresado en la redacción final.

Los escenarios del debate político que hoy se plantea en muchos de estos países con los procesos de “transformación social o de revoluciones democráticas y pacificas” tiene el común denominador en revindicar la participación de sectores históricamente excluidos en la reformulación de las llamadas políticas publicas sociales y la creación de instancia desde donde desarrollar la construcción del poder popular. Esto es importante destacar en negrillas ya que en nuestra opinión son el fundamento esencial en la trasformación de nuestra sociedad caracterizada por lo que en el vocabulario sociológico de moda se señala como “las asimetrías sociales”.

No es casual que en países como Bolivia, Venezuela y Ecuador con procesos políticos similares, sin negar sus particularidades especificas no podemos negar la presencia de los movimientos de nats o de colectivos sociales, educativos y/o religiosos que sostienen y basan su experiencia en la corriente de la valoración critica del trabajo de los niños, y su participación en los procesos de reformas constitucionales y sus derivados legislativos en materia de infancia. Evidentemente que es una gran victoria lo que se ha logrado en términos de incidencia política como movimiento de nats, pero al mismo tiempo es un gran

reto para que de la letra y del discurso se pase a la voluntad política y sobre todo a la acción concreta para generar alternativas de vida dirigidas a la infancia trabajadora, en este caso desde el paradigma del protagonismo de la infancia y de la protección integral.

Se trata al mismo tiempo de elevar nuestro compromiso, capacidad y sobre todo creatividad en la reinvención de mecanismos para aportar tanto la experiencia acumulada durante los últimos años como la capacidad de crear y adaptarse a las nuevas circunstancias que hoy se nos presentan.

Existen procesos históricos de transformaciones sociales que pudieran ser un referente a tomar en cuenta, por lo menos frente al tema de la infancia y particularmente de la infancia trabajadora. Ya Manfred Liebel nos menciona en su ensayo “Entre la Protección y Emancipación” en las Monografías del Experto N. 1. Sobre los llamados Movimientos por la liberación de los Niños. El surgimiento al inicio de la revolución rusa a principios del Siglo IXX de la Asociación “Educación Libre para los Niños” y la no muy conocida “Declaración de Moscú” que en su numeral 7 señalaba: “Desde muy temprana edad, todo niño participará en el trabajo necesario para la sociedad en la medida en la que lo permitan sus fuerzas y capacidades. Dicho trabajo no sólo NO deberá dañar la integridad física del niño o constituir un obstáculo para su desarrollo mental sino que deberá ser compatible con todo el sistema educativo y formación….”

Este documento de la declaración de Moscú luce interesante si se compagina con toda la literatura que existe respecto a los debates frente al tema de los Niños Trabajadores y la relación con respecto al sistema educativo y el sistema productivo a principio de la revolución bolchevique. Los planteamientos surgidos de la pedagogía socialista y del

análisis marxistas de la crisis escolar, particularmente señalaría un importante estudio de Jesús Palacio en su publicación: Educación en el siglo XX (III), La critica radical (Cuadernos de educación N. 148. Editorial Laboratorio Educativo) que va desde las propuestas elaboradas por Marx y Engels en la Crítica al programa de Ghota, pasando por los aportes y experiencia de Makarenko, Blonskij, Gramsci y otros autores que plantearon el tema educativo y el del trabajo el trabajo social y productivo de los niños.

Experiencias y debates interesante que a pesar de pertenecer a contextos históricos, sociales y culturales diferentes a los nuestros son necesarios revisar para tomar de ellos los aspectos que pudieran ser útiles en nuestra búsqueda sobre todo partiendo del hecho de que uno de los aspectos fundamentales de la propuesta de la valoración critica se sostiene sobre la premisa de la relación dialéctica entre Educación y Trabajo.

En América Latina, las transformaciones políticas que se vienen impulsando sobre todo en América del Sur asumen la propuesta de la necesidad histórica en la construcción del llamado Socialismo del Siglo XXI, para esto es sumamente importante tomar en cuenta los construido en el siglo IXX y XX para no cometer los mismo errores y sobre todo construir desde nuestra características sociales, históricas y culturales como lo pregonaron

Mariateguí y el gran maestro Simón Rodríguez.

En el caso de la elaboración de las políticas de infancia y a diferencias de los siglos anteriores, el que recién inicia tiene la ventaja de contar con una instancia de articulación y de movilización de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores como el MOLACNATs el cual tienden a configurarse como parte de los movimientos sociales que desde diferentes propuestas construyen y le dan forma al socialismo del siglo XXI.

Angel González

Colaborador MOLACNATs.

CORENATs. Venezuela

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